Publicado por Radio Bío Bío
22 de octubre de 2014
El libro de Eduardo Labarca ha generado polémica desde que saliera a la luz pública, por presentar aspectos desconocidos de la vida del Salvador Allende. Muchos de ellos eran desconocidos o sabidos sólo como rumores, adquiriendo peso al estar reunidos en un libro que presenta testimonios y antecedentes relatados por un testigo privilegiado.
A partir de una entrevista realizada por Tomás Mosciatti a Eduardo Labarca, comenzó a circular en redes sociales una declaración de Leonardo Fonseca Pedraza, Margarita Fonseca Pedraza y Eugenia Fonseca Pedraza contra el autor de la Biografía.
A continuación publicamos íntegramente la carta de los hermanos Fonseca Pedraza y la respuesta de Eduardo Labarca.
Declaración de los hermanos Fonseca Pedraza
El sábado 20 de septiembre se trasmitió en la cadena norteamericana CNN Chile, por parte de su funcionario Sr Mociatti, una entrevista al Sr Eduardo Labarca, con motivo de su segundo libro sobre la vida de Salvador Allende. El Sr. Labarca hace referencia a nuestra madre, Elena Pedraza, fallecida hace cinco años, señalando que ella le habría relatado hechos privados acaecidos hace más de 70 años y que ha utilizado para poner en el conocimiento público, afectando la memoria de Salvador Allende y su esposa, especialmente a los 41 años de su muerte en la Moneda.
Al respecto nosotros los hijos de Elena Pedraza debemos señalar:
1. Recientemente hemos tenido conocimiento de tal “entrevista” que se efectuó poco antes que ella falleciera a la edad de 98 años. Es decir, fue una conversación con una persona en condición casi terminal de su vida.
2. Lo que relató el Sr. Labarca, que habría dicho Elena Pedraza, nos parece absolutamente contrario a lo muy poco que ella tangencialmente nos habló sobre los acontecimientos cuando estaba menos afectada por los años. Señaló que Allende fue muy hombre y lucho fuertemente por recuperar al hijo de Tencha, el cual estaba bajo la custodia del padre biológico y su esposa, también personas magníficas.
3. Nos parece que el Sr. Labarca busca afanosamente publicidad en el mes de septiembre cuando conmemoramos la muerte heroica del Presidente. La derecha, por cierto, ha estado feliz con su aporte destinado denigrarlo en sus medios de comunicación.
4. El aprovechamiento personal de una conversación informal con nuestra madre, la cual a estas alturas no se puede defender, muestra la catadura moral del Sr Labarca.
5. El Sr Labarca, en la búsqueda de publicidad internacional, se permitió fotografiarse orinando sobre la tumba del gran escritor argentino José Luis Borges, enterrado en Suiza. Es lo mismo que cualquier pelafustán viniera a orinarse en la tumba de Pablo Neruda para lograr la publicidad que sus escritos no logran.
Leonardo Fonseca Pedraza, Margarita Fonseca Pedraza, Eugenia Fonseca Pedraza
RESPUESTA DE EDUARDO LABARCA
Salvador Allende que estás en los cielos…
líbranos de tus “defensores”
(respuesta a los hermanos Fonseca-Pedraza)
Por Eduardo Labarca
Autor del libro “Salvador Allende: Biografía sentimental”
Desde que apareció mi biografía de Salvador Allende hace 7 años y al publicarse recientemente la versión ampliada y definitiva, he recibido innumerables reacciones positivas así como algunas opiniones polémicas que respeto y valoro. Me complace que mi libro se haya convertido en referencia ineludible para los investigadores y creadores que abordan la vida de Salvador Allende en Chile y el mundo.
Mención aparte merecen algunos ataques furibundos que he recibido en la Internet y que no suelo contestar. Sin embargo, hoy me veo obligado a referirme a una insólita declaración de los hermanos Leonardo, Margarita y Eugenia Fonseca Pedraza, quienes no solo reiteran los ataques de anteriores detractores, sino que llegan al extremo de presentar una imagen desmedrada de su propia madre, Elena Pedraza, con tal de restar validez a mi libro, a lo que me referiré más adelante.
Los rasgos comunes de los ataques destemplados en mi contra, que también sobresalen en la declaración de los hermanos Fonseca-Pedraza, pueden resumirse así:
1) Mis detractores no han leído mi libro y me atacan ad hominem, es decir, como persona, adjudicándome toda clase de actos repudiables y lanzando en mi contra una batería de improperios con apoyo de informaciones de prensa o comentarios de oídas. En esa línea, los hermanos Fonseca-Pedraza se basan en una entrevista que me hizo el periodista Tomás Mosciatti para Radio Bío Bío y CNN Chile. Nadie que haya leído mi libro se ha sumado a ese coro de ataques.
2) Mis detractores afirman que con mi libro persigo fines de enriquecimiento, en circunstancias que quienes me conocen saben que no tengo ambiciones de dinero ni de riquezas materiales.
3) Me acusan de buscar publicidad. Los hermanos Fonseca-Pedraza dicen que lo hago “afanosamente”. En realidad cultivo un perfil bajo y mi presencia pasajera en los medios se ha centrado en mi libro como sucede con cualquier autor.
4) Pretenden que mi libro es parte de una conspiración contra la memoria de Allende. Los hermanos Fonseca-Pedraza sostienen que he elegido deliberadamente “el mes de septiembre cuando conmemoramos la muerte heroica del Presidente” para “denigrarlo” y así hacerle el juego a la derecha. Mi libro solo le hace juego a la verdad y a la figura sobresaliente de Salvador Allende. Además, se ha vendido todos los meses del año y el original de la actual edición está fechado en el pasado mes de marzo.
5) Atribuyen carácter internacional a esa supuesta conspiración, para lo cual los hermanos Fonseca-Pedraza sostienen que la entrevista “se trasmitió en la cadena norteamericana CNN Chile, por parte de su funcionario Sr Mosciatti”. Estoy informado de que entre Radio Bío Bío y CNN Chile existe un convenio de colaboración periodística, en cuya virtud ambos medios mantienen sus líneas editoriales y sin vinculación económica. En ese marco Tomás Mosciatti realizó la entrevista, por lo que no es “funcionario de CNN”.
6) Me culpan de desprestigiar a Salvador Allende. Según los hermanos Fonseca-Pedraza, “denigro” al ex Presidente porque presento por primera vez al personaje más importante de la historia de Chile del siglo XX desde su nacimiento hasta su muerte trágica sin censura ni omisiones y con el enfoque abarcador –humano, político, afectivo– que caracteriza las grandes biografías desde los tiempos de Plutarco y sus Vidas paralelas sobre las figuras prominentes de Grecia y de Roma. Sólo así se puede comprender una época histórica y el papel desempeñado por sus protagonistas.
7) Me acusan de enlodar a Salvador Allende por abordar en su biografía no solo la singular relación que tenía con su esposa Hortensia Bussi sino también las relaciones que mantuvo paralelamente con destacadas mujeres de su tiempo. Los hermanos Fonseca-Pedraza, fieles a una moralina conservadora y visceralmente pechoña, quieren ocultar a toda costa, cuatro décadas después de su muerte, hechos que en vida de Allende eran ampliamente conocidos y que él mismo se complacía en exhibir.
8) Mi revelación de que Hortensia Bussi fue madre soltera como fruto de una relación anterior a su matrimonio con Allende y que entregó el hijo a su padre biológico y a la esposa de éste me ha hecho acreedor a ataques furibundos de un puñado de personas. La relación pasional de Hortensia Bussi, joven estudiante ilusionada, con un hombre casado constituye uno de los episodios más estremecedores de la vida de la futura primera dama debido a que los prejuicios de la época, el alejamiento de aquel padre y la negativa de Allende a aceptarla con su hijo la empujaron a entregarlo para siempre. La conducta de muchacha liberada y valiente de la joven Tencha en 1938 constituye para los hermanos Fonseca-Pedraza un pecado vergonzoso que es preciso seguir ocultando en el siglo XXI y consideran condenable que yo lo haya puesto “en conocimiento público”, pese a que se trata de hechos acaecidos hace más de 70 años relativos a personas que ya forman parte de la historia.
El autor y Elena Pedraza en junio de 2004
Fotógrafo: Leonardo Fonseca Pedraza
El testimonio de Elena Pedraza
Lo más chocante de la declaración de los hermanos Fonseca-Pedraza es su afán de desvirtuar las delaraciones que me formuló su madre, Elena Pedraza, único testigo entonces sobreviviente del momento en que Tencha hizo entrega de su hijo, para lo cual no vacilan en pretender que se hallaba en estado senil cuando habló conmigo, pues, dicen, la entrevista “se efectuó poco antes que ella falleciera a la edad de 98 años”. Añaden que “fue una conversación con una persona en condición casi terminal de su vida”.
En realidad tuve con Elena Pedraza, por quien yo sentía gran respeto y afecto, dos conversaciones de un par de horas cada una los días 18 y 20 de junio de 2004, cuatro años antes de su muerte, en las que tomé notas rigurosas que conservo hasta hoy. Fueron encuentros emocionantes, por momentos a ambos se nos apretaba la garganta. A diferencia de lo que en forma indigna pretenden sus hijos con el fin de falsear sus declaraciones, ella se hallaba en un estado físico y con una memoria y lucidez envidiables para su edad. Le dije que preparaba un libro, confió en mí y he sido respetuoso hacia ella y fiel a lo que hablamos. En esas conversaciones percibí que a la edad avanzada en que se encontraba quería desahogarse relatándome con todo detalle el episodio en que había intervenido más de 65 años antes. Respecto de Hortensia Bussi y los demás participantes en el drama solo tuvo palabras de encomio y comprensión.
Con el fin de disimular el aspecto pecaminoso de hechos que solo tienen ese carácter dentro de sus mentes retrógradas y para salvar según ese criterio el prestigio de Salvador Allende, los hermanos Fonseca-Pedraza se atreven a atribuir a su madre palabras que no puede haberles dicho porque se apartan de la realidad y de lo que me contó a mí. Sostienen que “cuando estaba menos afectada por los años” ella les habría dicho “tangencialmente” que “Allende fue muy hombre y luchó fuertemente por recuperar al hijo de Tencha el cual estaba bajo la custodia del padre biológico y su esposa, también personas magníficas”.
Sobre la base de diversos testimonios directos y no “tangenciales” que cito explícitamente, entre ellos el de la propia Elena Pedraza, en mi libro revelo que en cierto momento el padre biológico quiso arrebatar la tuición del hijo común a Tencha y que ella se defendió exitosamente en los tribunales, a pesar de lo cual posteriormente lo entregó. Allende jamás luchó por recuperar ese hijo; por el contrario, rechazó de forma “intransigente”, según decía Tencha y recuerdan los testigos de esa época, la incorporación de la criatura a la familia que formó con ella, lo que no quiere decir que no fuera “muy hombre”.
La filiación definitiva del hijo tuvo carácter irregular, ya que habiendo sido inscrito inicialmente como “hijo ilegítimo” de Hortensia Bussi según la legislación de entonces, con posterioridad fue inscrito por segunda vez en otro lugar de Chile como “hijo legítimo” del padre biológico y de su esposa, todo lo cual consta en los documentos del Registro Civil que tengo en mi poder y que mantengo en reserva por haberlo convenido así con el principal afectado, el hijo de Hortensia Bussi.
En cuanto a una referencia que los hermanos Fonseca-Pedraza hacen a la fotografía de la portada de uno de mis libros, todos los antecedentes del caso pueden consultarse en mi página web.