Publicado en El Mostrador el 16 de febrero de 2016 con otro título *
por Eduardo Labarca
Aunque algunos de ellos no nos
gusten, un hombre o una mujer de Estado han sido:
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Julio
César, cuando violando las leyes de la república y las órdenes del Senado, cruzó desde las
Galias el río Rubicón con sus legiones en dirección a Roma
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Isabel
la Católica, que prestó todo su apoyo a la aventura de Cristóbal Colón
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Enrique
IV de Francia, que para calzarse la corona se convirtió al catolicismo porque
"París bien vale una misa"
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El
gobernador de Chile Martín García Óñez de Loyola, que buscó la paz con los
mapuches antes de morir en el combate de Curalaba
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Bernardo
O'Higgins, que abolió los mayorazgos y los títulos de nobleza, y abdicó
para evitar una guerra civil
-
Diego Portales,
fundador de la república oligárquica, que impuso su autoridad a los militares,
lo que le costó la vida
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El
Presidente Domingo Santa María, que creó el Registro Civil y los cementerios
laicos
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El
Presidente Arturo Alessandri Palma, que negoció con el Vaticano la separación
de la Iglesia Católica y el Estado de Chile
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El
dictador Carlos Ibáñez del Campo, que firmó con su colega peruano Augusto
Leguía el tratado que puso fin al conflicto de Tacna y Arica, asignando Arica a
Chile y Tacna al Perú
-
El Presidente
Pedro Aguirre Cerda, que a pesar de la oposición cerrada de la derecha creó la
CORFO, pilar del desarrollo de la industria chilena
-
Winston
Churchill, que movilizó a su país contra la agresión de Alemania ofreciendo al
pueblo británico solo "sangre, sudor y lágrimas"
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Stalin,
que se negó a liberar al mariscal alemán Von Paulus, capturado por los rusos, a
cambio de su hijo Yakov, prisionero en Alemania donde morirá, porque "yo
no canjeo un mariscal por un soldado"
-
El
Presidente Charles de Gaulle, que dio la independencia a Argelia a pesar de
haber sido llevado al poder por los militares que se habían alzado a favor de
una Argelia francesa
-
El
Presidente Mitterrand, que abolió la pena de muerte contra la opinión del 70
por ciento de los franceses
-
Margaret
Thatcher, que envió la escuadra británica a 12.000 kilómetros de distancia a
recuperar las Islas Malvinas que los ingleses llaman Falkland
-
Mandela,
que al cabo de una vida de cárcel y de lucha, negoció con el gobierno blanco el
fin del apartheid en Sudáfrica
-
El
Presidente Eduardo Frei Montalva, que realizó la reforma agraria contra la
furibunda oposición de la derecha, que le había dado sus votos
-
Salvador
Allende, que prefirió morir en La Moneda antes que aceptar la humillación del
exilio
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Patricio
Aylwin, que pidió perdón a nombre del Estado de Chile por las violaciones a los
derechos humanos y creó la Comisión Rettig
-
Ricardo
Lagos, que respondió por teléfono con un "no" al presidente Bush que
le pedía el voto de Chile en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a
favor de la invasión de Irak
- Gro Harlem Brundtland, Primera Ministra de Noruega, que acuñó
el principio del desarrollo sostenible (o sustentable), adoptado por las
Naciones Unidas y la comunidad internacional
-
Obama y
Raúl Castro, que restablecieron las relaciones Cuba-EEUU después de medio siglo
de escaramuzas
Los actos de los
estadistas son recordados a lo largo de los siglos y quedan registrados en la
historia. ¿Alguien recuerda hoy o recordará mañana los actos de “hombre de
Estado” que José Miguel Insulza atribuye a Pablo Longueira por haber ayudado al gobierno de Lagos a echar tierra
al escándalo MOP-Gate y a la Democracia Cristiana a corregir la inscripción
errónea de sus candidatos para una olvidada elección parlamentaria? Más bien,
es probable que Longueira sea recordado, al menos un buen tiempo, por la ley que lleva su
nombre, que entregó a siete familias las reservas pesqueras de Chile, o por
haber pasado la barrera del millón de dólares con facturas fantasiosas emitidas
por él, sus parientes, empleados y compinches.
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